Si eres propietario de una vivienda y piensas arrendarla o ponerla a la venta, debes saber que estás obligado a presentar un certificado energético de dicha propiedad.
Es muy importante para un propietario conocer los factores que influyen en el certificado energético, al menos de forma básica.

En lo que respecta a localización y características físicas, los factores que influyen son la provincia y la localidad, puesto que marcan la zona climática que define la escala del certificado energético que afecta al inmueble. Pero también influyen la antigüedad de construcción, pues nos indica las normativas constructivas de aplicación, y la superficie y altura, pues en su conjunto definen geométricamente qué espacio hay que calificar.

Dentro del inmueble, identificaremos las estancias, definiendo las habitables y no habitables (como garajes, trasteros o desvanes).

En cuanto a las características constructivas está el estudio de cerramientos y huecos. En los cerramientos se tiene en cuenta muros de fachadas y suelos y cubiertas, es decir, cualquier tipo de material por el que pueda entrar o salir energía, pues esto determina la demanda de calefacción y refrigeración del inmueble. Entre dos propiedades con una misma composición de muros, tendrá un peor certificado energético aquel que tenga una mayor superficie de fachada. De igual forma, se definirán los huecos mediante las características de los vidrios, los marcos y dispositivos de protección solar.

Por último, habrá que comprobar que tipo de instalaciones son las que usa el inmueble para generar agua caliente sanitaria, calefacción y/o refrigeración. De sus características y eficacia se extraen datos de emisión de gases contaminantes a la atmósfera. En este sentido, el uso de energías limpias como por ejemplo, las renovables, ayuda mucho a conseguir una buena calificación.

Una ves estén recogidos todos estos datos, estaremos preparados para desarrollar el trabajo de redacción y cálculo final del certificado energético.